Nos vemos en Colombia: Pendientes de Marfil Vegetal
Te invito a acompañarme en un apasionante viaje a Colombia, donde exploraremos un nuevo material que bien podría revolucionar el mundo de los complementos de moda : ¡el marfil vegetal!
Desde la cosecha respetuosa en la selva hasta el procesamiento artesanal en un taller comprometido, descubre cómo esta semilla sostenible y elegante encarna la alianza perfecta entre creatividad, responsabilidad social y respeto por el medio ambiente. Abróchense los cinturones, ¡comienza la aventura!
Marfil Vegetal: ¡Elegante, Durable y Comprometido!
¡Abróchense los cinturones, nos adentramos en el bosque tropical, en el corazón de una región ubicada al sur de Colombia, llamada Chocó! Después de varias horas de viaje, llegamos a un pequeño pueblo enclavado en medio de la selva. Aquí es donde iremos a “cazar” árboles de marfil.
El marfil vegetal es una semilla que procede del fruto de determinadas especies de árboles tropicales, en particular la palma Phytelephas. Cuando menciono ir a cazar es porque no existe cultivo de palma Phytelephas. Estos árboles crecen de forma silvestre en la jungla, lo que significa que saber dónde buscar es esencial para encontrarlos y cosechar sus semillas.
También conocida como tagua o corozo, esta semilla recibe comúnmente el nombre de marfil vegetal por su color blanquecino y su textura que recuerda sorprendentemente al marfil de elefante.
Una vez que hayas localizado un árbol, tendrás que encontrar las semillas que están escondidas en un enorme insecto espinoso y áspero. Sólo se recolectan los insectos que han caído naturalmente al suelo, contribuyendo así al respeto por la vida silvestre en estos bosques tropicales.
Las semillas se dejarán secar durante varios meses, lo que permitirá que se vuelvan tan duras como la madera.
todo se transforma
Una vez que las semillas se hayan secado, finalmente se pueden procesar. Lo que inmediatamente me atrajo de este material fue su baja huella ambiental en cada etapa del proceso de transformación. Lijar, cortar y tallar requieren un uso mínimo de agua. Lo que sorprende especialmente es lo ligera que resulta esta semilla una vez cortada en tiras. Así que imagina la creatividad sin límites que me invadió cuando descubrí esta semilla. En Colombia, la tagua se transforma para crear joyas de todos los estilos y colores, así como pequeños objetos decorativos y de estatus. Las formas producidas son diversas y variadas, teniendo el único límite un tamaño que varía entre 35 y 50 mm.
Joyas y figuritas de marfil vegetal:
Literalmente me enamoré de este material. ¡Conoces mi pasión por preservar el planeta! ¡Considera por un momento sustituir todos esos accesorios de plástico o resina por este material! ¡Eso sería simplemente fantástico!
Compromiso con el Bienestar Social
Entonces comencé la búsqueda de artesanos con quienes colaborar. Como sabéis, para mí es fundamental conocer a cada artesano, trabajar con total transparencia y comprender el impacto que tengo en cada momento.
¡Así es como, mientras navegaba por un directorio, descubrí el contacto de Olivier! Hace más de 20 años, él y su familia crearon un taller especializado en marfil vegetal. Para mi gran sorpresa, Olivier es franco-colombiano. Me explicó que hacer joyas de marfil vegetal es relativamente nuevo para ellos. Anteriormente se dedicaban a fabricar botones. La llegada de China a la industria de la moda los destronó, obligándolos a reinventarse en el ámbito de la joyería. Esta resultó ser una oportunidad exitosa y ha tenido éxito desde este cambio.
Olivier también me dijo que en su taller los artesanos son mimados y disfrutan de las mejores condiciones de trabajo. Reciben el salario mínimo colombiano, disfrutan de vacaciones anuales, cobertura de seguridad social y tienen acceso a un plan de jubilación. Todo esto puede parecer normal, pero déjame ponerte en el contexto local.
En Colombia el trabajo no declarado es una práctica muy extendida. Por lo tanto, obtener condiciones laborales similares a las que podríamos tener en Europa es raro.
Quedaba un aspecto por aclarar: los tintes. Lo bueno fue que los tintes utilizados para colorear la tagua estaban certificados según los estándares europeos. Pero ¿qué pasa con los residuos del agua teñida? Olivier inmediatamente disipó mis dudas y me explicó que los residuos de tinte se recogían y almacenaban en arena, que luego se reutilizaba en la construcción de edificios aquí en Colombia.
Como sabéis, mi principal preocupación en este proyecto es evaluar su impacto tanto a nivel social como ambiental. Finalmente encontré una pepita que satisfizo las tres preguntas clave que siempre me hago: ¿De dónde viene la materia prima? ¿Cómo se transforma? ¿Y quién lleva a cabo esta transformación?
Esta semilla, cosechada con respeto y luego transformada mediante métodos sencillos de corte y escultura, en un taller donde se optimizan las condiciones de trabajo para garantizar un entorno sano y respetuoso, reúne todas las condiciones ideales. ¡BINGO!
¡Tenía muchas ganas de trabajar con este material y apoyar a estos artesanos!
Una elección elegante y consciente
Esta exploración en suelo colombiano me permitió descubrir un material revolucionario para el mundo de los accesorios de moda. Estoy encantada de haber podido viajar a la selva de donde provienen estas semillas y comprobar por mí mismo el impacto positivo de este material. El proceso de recolección, transformación y el compromiso social y ambiental de los artesanos del taller de Olivier corresponden a la visión que deseo compartir a través de Mazonia.
Descubre hoy la colección de pendientes que hemos tallado en marfil vegetal: enlace a la colección
Con mucho amor,
Juana.